Las tentaciones del diablo
Tarma se ha distinguido por su acendrado catolicismo, por eso Santa Ana se hizo su Patrona y fervientes devotos veneran a su hija, la Virgen María, y a su divino nieto, Jesucristo. El demonio tenía cólera por esto y se propuso llevar a su reino del Averno a cuanto tarmeño cayese en sus garras para reírse de su rival, Jesucristo. Hasta entonces, ningún tarmeño había llegado a las puertas del infierno. Satanás en persona se puso a observar la vida y conducta de los tarmeños, porque se extrañaba que ningúno de ellos estuviera en el infierno al lado de tantos pecadores. —Virtudes en exceso..., por allí está el lado flaco —dijo—. ¿Que no son pecadores? ¡Eso lo veremos! Y no le costó a Satanás encontrar lo que buscaba. Virtudes en exceso, hospitalidad y espíritu caritativo. Y al lado opuesto: jaranista y enamorado. Frotándose las manos de puro contento. Satán regresó a su reino satisfecho de haber encontrado el lado débil del tarmeño. P...